Todo esto está muy bien, desde luego. Y aún estaría mejor si todas estas prácticas se fueran volviendo realidad en el entorno PYME, que seguro que asiste a diferentes ponencias y sabe de qué estamos hablando, y peca de poca (a veces ninguna) alineación entre conocimientos y buenas prácticas. Que no es sencillo, claro está, que estamos en un entorno diferente, por supuesto... entonces... ¿cuándo es el mejor momento para aplicar estas prácticas? La respuesta: siempre, con ayuda de medios ya existentes.
El mantener a las personas que componen a una organización motivadas, sin estrés, y con fuerzas para afrontar la jornada laboral, como sabemos, no sólo pasa por una compensación económica y una mínima formación, así como una buena política de PRL y un descanso estival...
El entorno socio económico actual, en el cual en la mayoría de unidades familiares trabajan ambos componentes (independientemente de su estatus) debido a la carestía de la vivienda, con ingresos bajo-medios, y si además añadimos la descendencia (1-2 hijos, o más!) el equilibrio profesional-familiar es muy complejo de mantenr, lo cual se puede traducir en un aumento del abstentismo...con sus consecuencias.
Nuria Chinchilla es una Experta en estas lides, y desde el ICWF se dedica a ayudar a empresas y organizaciones a imlpementar estas buenas prácticas de Empresa Flexible. NO es una moda, es una inversión para el buen funcionamiento de una empresa, que al final se vale de las personas que la componen.
Recomendación: hacerse con la Guía de Buenas prácticas para La Empresa Flexible, descarga directa aquí.
Muchas gracias tanto a Nuria Chinchilla como a Consuelo León por este gran aporte.
Un saludo.
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